Discurso de Xochimilco.

Sumando Escuelas.

  • En movimiento.. - * ¿Que le queda a los jovenes? Mario Benedetti* *¿Qué les queda por probar a los jóvenesen este mundo de paciencia y asco?¿sólo graffiti? ¿roc...
    Hace 12 años

domingo, 18 de noviembre de 2007

Cuento: Hacia el centro (Amor y dolor)


Cinco para las seis, otra tarde que se va. Podríamos hacer el amor desde las seis y media hasta las ocho y dormir dos días seguidos. Para no pensar, para no tener que hablar sobre nada. Luego seguramente sería yo quien se despierte primero, te daría un beso en la frente y dos en la boca. Vos vas a sonreír hasta que escuches la puerta cerrarse. Seis y diez. Los colectivos van repletos por la avenida hacia el centro. Hace calor. Con que poco soy feliz. Me basta con imaginarte una vez al día, estando contenta por que estoy a tu lado. ¡Que gran idiota! Pero que feliz que es este idiota una vez al día. Podría irme caminando, mi casa queda a unas cuarenta cuadras. Así evitaría la posibilidad de padecer una muerte por asfixia. Pero lo cierto es que viajar en colectivo me ayuda a pensar. Caminar también, no digo que no, pero me siento solo. No te rías, por favor. Es verdad lo que te digo. En el colectivo uno sabe bien que los que están despiertos si o si están pensando en sus vidas. Las novias en sus novios y viceversa. Las señoras y los señores piensan en sus trabajos, en sus familias, en las cuentas. Los que están solos en el porque de su soledad. Los que tuvieron un mal día imaginan revanchas que no se van a dar o que tal vez si, pero por supuesto nunca es como uno imagina. Y aquellos que han sido bendecidos con un buen día coronado con el privilegio de viajar sentados no ven la hora de llegar a sus casa y contarle a alguien la dicha que los invade. ¿En que pensas cuando viajas en colectivo? Es algo que me gustaría saber. Yo pienso en eso, pienso en que pensas vos cuando viajas en colectivo y ahora que deliro que te lo cuento me río por vergüenza. Que estupidez. Ojo, no es lo único, también hago memoria. Me invaden los recuerdos cuando el viaje supera los veinte minutos. Ahora que lo estoy diciendo, se me ocurre pensar esto. Tal vez uno además de sacar boleto para llegar a destino, pagamos también por un fragmento único de tiempo, un tiempo que es solo para nosotros. ¿Que te parece lo que te estoy diciendo? ¿Estoy loco? ¿Digo muchas estupideces, no? Perdón, te pido perdón. No te enojes conmigo. No pongas esa cara, por favor. Me duele tanto imaginar esa mirada. Esa forma de mirar tuya, como si vieras a un extraño que habla incoherencias. Tal vez lo son. Pero es mi forma de ser sincero. Es extraño como pedimos sinceridad mutuamente y luego no la toleramos. Tú sincera indiferencia, mis sinceras tonterías.



Ya estoy en casa. ¿Viste todo lo que pensé en este viaje? Que cosa más loca. Pasaron cinco meses desde que me dejaste. Que feo me suena. No le digo a nadie que me dejaste. Nos dejamos repito siempre. No es soberbia, créeme. Creo que es un poco una manera de preservarme. Es un sentimiento horrible sentirse dejado. La frustración te invade algunas veces, la inseguridad en todo momento. Me acuesto por las noches, muy tarde y el sueño me llega siempre después de llorar. Por que lloró por las noches. Es un secreto, es incomodo para un hombre reconocer que llora. Nos sentimos ridículos o al menos yo me siento así. Me siento un boludo, discúlpame la expresión. ¿Por qué lloro? Sabes por que lloro. Algunas preguntas son tan innecesarias. La obviedad de mis actos está expresada en mis confesiones. Ahí viene el sueño, hoy viene ligero.



La luna esta manchada. Las estrellas no me parecen interesantes esta madrugada, las siento tan tristes que no quiero levantar la mirada para contemplarlas. ¿Para que? Ya estoy bastante triste acá abajo. ¿Para que buscar mas tristeza en el cielo? Mañana podría ser un cielo nocturno feliz y me lo perdería por temor a que pudiera ser como hoy. ¿Sabes que se me dio por recordar? Al principito y sus amaneceres. ¿Te acordas? El decía que su planeta era tan chiquito que podía ver el amanecer muchas veces, tan solo debía mover su silla unos cuantos pasos y podía verlo una y otra vez. Le dijo al aviador que veía el amanecer cuando estaba triste y que una vez lo había visto unas cuarenta veces. (Tal vez más. Eso no me acuerdo bien) Y el aviador pensó en lo triste que había estado el principito la vez de los cuarenta amaneceres ( Tal vez más)



Yo cuando estoy triste escucho una canción muchas veces. Me acuerdo que vos me gritabas desde donde estabas –¡Apaga eso! Todo el día escuchaste esa porquería- y yo quería en esos segundos que tuvieras la sensibilidad del aviador. No es un reproche. Es una fantasía estúpida que yo alimentaba entre viajes y caminatas. Creí y ese fue mi error, que si te mostraba las cosas como yo las veía o te explicaba mis delirios ibas a transformarte en mi aviador. En esa persona que pudiera notar la melancolía de mis mañanas y la ausencia emocional de mis domingos. Esa personita que pudiera ayudarme cuando el mundo me empezaba a doler. Ya se que esta mal pretender que otro sea nuestro salvador. Que algunas cosas uno debe hacerlas solo. Pero ya te dije, era una fantasía. Claro que no voy a negar, había cierto deseo de que fuera realidad, un deseo muy fuerte. Te puedo decir también que yo sabía cosas de vos que ni vos sabías. No se si esta bien decirlo. Pero es verdad.



La chica que florece en primavera y en verano es una mujer completa. La que en otoño padece nostalgia crónica y duerme los tres meses que dura el invierno. La que come helado y es feliz. La que lee novelas rosas y alimenta sueños secretos. Hermosa los lunes todo el día, terriblemente cruel tres días al mes. Levemente cruel los veintisiete días restantes. Increíblemente dulce y amable el día que sobra. Hay más, hay mucho más. Pero por hoy es suficiente. No me olvido que de ahora en más lo único que voy a tener de vos es esto. Recuerdos que se van desgastando, que se deforman, que se pierden y entremezclan con ilusiones, con imágenes prestadas, con canciones, poemas, lágrimas, nubes, cielos tristes y alegres, colectivos llenos y vacíos, caminatas bajo la lluvia, noches de insomnio.






Ernesto Martín Oshinaga


boomp3.com

boomp3.com

boomp3.com

boomp3.com

boomp3.com

2 comentarios:

Anónimo dijo...

SABES Q ESTA MUY BUENO COMO TODO LO Q ESCRIBIS TENES UN DON PARA Q FLUYAN TUS PALABRAS TE FELICITO Y SEGUI ASI BESOS.

Anónimo dijo...

muy muy bueno, me encantó.
María

Los golpes militares.

Cuba 50 años.

No dejemos de reclamar...

No dejemos de reclamar...
Ni olvido ni perdón...

Capaña contra la intolerancia. Por un Mundo de todos y sin desigualdades.‏

Capaña contra la intolerancia. Por un Mundo de todos y sin desigualdades.‏
'Tu Cristo es judío, tu escritura es latina, tus números son árabes, tu democracia es griega, tu equipo de música es japónes, tu balón es de Corea, tu videoconsola es de Hong Kong, tu camisa es de Tailandia, tus estrellas futbolísticas son de Brasil, tu reloj es suizo, tu pizza es italiana. ¿Y tú eres el que mira a ese trabajador inmigrante como a un despreciable extranjero?'

Los indios no tienen alma.

Son diez los muertos por desnutrición...

Son diez los muertos por desnutrición...
Los chicos, despreocupados, corren por las polvorientas calle de Fontana. Son aborígenes y criollos que viven en los barrios Cacique Pelayo, Villa Allín y Balastro, donde la degradación humana está a la vista. Allí, la pobreza golpea con rigor. Hoy, la pobreza y la desnutrición se observa a cada paso. Cuando uno concurre a los centros de salud, hay temor de hablar, más aún cuando se trata de obtener estadísticas. "Tienen que pedir en el Ministerio de Salud", es la frase más común. En realidad, se atiende bien a las personas que concurren, pero después de brindar remedios, hierro para las mujeres anémicas y leche para los chicos, el drama se repite: en sus casas no tienen qué comer."Hábitos culturales" El ministro Ricardo Mayol negó así que hubiera habido abandono de persona por parte del Estado y aceptó que la desnutrición existió en los casos señalados, aunque la atribuyó a "hábitos culturales" de los aborígenes. "No hubo abandono. Además, hay hábitos culturales, estilos. Ellos tienen su manera de comer, su manera de alimentarse, y a veces no aceptan la nuestra. Entonces son una serie de cosas que no son sencillas. No estamos haciendo abandono de nada", sentenció. Germán Bournissen, coordinador del Equipo Nacional de Pastoral Aborigen, denunció: "Es verdad que los aborígenes mantienen su medicina tradicional, pero saben bien que hay enfermedades como la tuberculosis que deben tratar en los centros médicos. Lo que sucede es que se acercan a los hospitales y no reciben la atención adecuada". Bournissen sostuvo: "Más que una cuestión de salud, es un problema de soberanía alimentaria porque la desnutrición es el último eslabón de una cadena que comienza con la destrucción del monte donde viven los aborígenes, que es su fuente de alimentación".

DESPABÍLATE AMOR-Mario Benedetti

DESPABÍLATE AMOR-Mario Benedetti
Bonjour buon giorno guten morgen. despabílate amor y toma nota...sólo en el tercer mundo mueren cuarenta mil niños por día...en el plácido cielo despejado flotan los bombarderos y los buitres...cuatro millones tienen sida la codicia depila la amazonia...buenos días good morning...despabílate...en los ordenadores de la abuela O.N.U no caben más cadáveres de Ruanda...los fundamentalistas degüellan a extranjeros...predica el papa contra los condones...havelange estrangula a maradona...bonjour monsieur le maire...forza italia buon giorno...guten morgen ernst junger...opus dei buenos días...good morning hiroshima...despabílate amor...que el horror amanece

Eduardo Longoni - Violencia.

Contribuyentes

EL ANGEL DE LA BICICLETA

EL ANGEL DE LA BICICLETA
"El ángel de la bicicleta" es la historia de Claudio Lepratti, alias "Pocho".Pocho era un muchacho de 35 años que vivía en el barrio Ludueña, sirviendo a la gente como integrante de la comunidad salesiana. Pocho trabajaba en una escuelita de bajos recursos de Rosario, colaborando con un comedor infantil. Su característica era que se movilizaba en su bicicleta y que siempre estaba dispuesto a ayudar a su prójimo.Claudio ―Pocho para todos sus amigos― era 'un pacífico, comprometido con el barrio; el sueldo que sacaba en la escuela lo ponía a disponibilidad de la gente de la villa que lo necesitaba', cuenta, con marcada tristeza, el padre Néstor Gastaldi."El ángel de la bicicleta, le decíamos, porque andaba en su bicicleta, estaba enterándose y buscando la ayuda para cada familia", recuerda el padre Gastaldi. En diciembre del 2001, en medio de la situación sociopolítica que vivía la Argentina, fue asesinado de un balazo en la garganta, mientras le pedía a la policía que no disparase contra el comedor donde él colaboraba, ya que adentro había chicos comiendo. Después de aquel asesinato, por las calles de Rosario se ven las pintadas con una bicicleta alada, recordando a "Pocho".

No nos olvidemos de...

No nos olvidemos de...
José Luis Cabezas